Todos sabemos perfectamente qué es la sacarina. Está en el mueble de la cocina, y si no se toma ahora diariamente, se ha tomado algún tiempo atrás. Sin embargo, es importante recordar que la sacarina sigue siendo un edulcorante artificial pero, ¿realmente sabemos los sacrificios que hacemos al consumir sacarina diariamente?
Los sacrificios de consumir sacarina
Con respecto a este edulcorante artificial, se nos ha hecho creer que es el sustituto perfecto del azúcar ya que no aporta calorías. Palabras como light, sin azúcar añadido o bajo en calorías podemos leerlo en cualquier estantería de cualquier cadena de supermercados. No obstante, eso no será suficiente para corregir de verdad nuestros hábitos alimenticios.
Tampoco encontramos desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) un apoyo a la búsqueda real de los efectos que provoca el consumir sacarina ya que a día de hoy no hay muchos estudios que señalen los efectos o consecuencias negativas de este edulcorante.
Vamos a redactar algunas de las consecuencias concretas que se producen en nuestro cuerpo:
Efectos contrarios en las papilas gustativas
Al inicio de la producción de los edulcorantes artificiales como la sacarina, el aspartamo o la sucralosa intentaron igualar el dulzor del azúcar. El problema fue que se les fue de las manos. Cualquier sustitutivo del azúcar es entre 200 y 700 veces más dulce que el azúcar.
Si nuestro cuerpo consume ese dulzor diariamente, se adecua a ese nivel. Entonces, alimentos naturales como las frutas parecerán poco sabrosas o incluso desagradables.
Niveles de azúcar en sangre estabilizados
Al consumir alimentos endulzados con edulcorantes artificiales, nuestro cuerpo los detecta como si fuese azúcar real. Asimismo, aumentan las concentraciones de insulina disminuyendo el nivel de azúcar en sangre. El error viene cuando la insulina mantiene la grasa en las células construyendo pequeños almacenes de energía que derivan en un aumento del apetito.
En definitiva, alargamos la sensación de hambre. Y por tanto, no solo estamos dificultando que nuestro cuerpo queme grasas de manera eficiente si no que, además a largo plazo podríamos tener problemas de resistencia a la insulina y desarrollar una diabetes tipo 2.
¿Se consigue perder peso?
Nos engañamos a nosotros mismos. Pensamos que el ahorro de calorías al consumir sacarina nos permitirá sobrepasarnos con otros alimentos. Pero lo cierto es que hay numerosos estudios que señalan a los azúcares artificiales como responsables de un exceso de calorías que a la larga llevan a enfermedades como la obesidad.
Alternativas saludables o sustitutivos reales
Para reducir el consumo de azúcar o sacarina os proponemos algunas alternativas saludables:
- Miel: Es antiinflamatorio, antibacteriana y antiséptica. ¡Ojo a la cantidad que utilizamos! No podemos echar más al café por los beneficios que hemos comentado para no caer en los errores que hemos explicado anteriormente.
- Estevia: Sería un buen sustitutivo del azúcar si encontrásemos las hojas e hiciéramos todo el procedimiento de extracción nosotros mismos. La pueden consumir diabéticos ya que no influye en los niveles de azúcar en sangre.
- Dátiles: es la mejor alternativa para endulzar postres, además de ser ricos en vitamina A y B, tienen alto contenido en fibra y ayudan a la digestión.
- Vainilla: su sabor puede ayudarnos a prescindir del azúcar en algunas recetas como yogures o bizcochos.
Deja de endulzar artificialmente tu alimentación
A la hora de comenzar una hacer dieta, una de las ideas básicas es reducir la azúcar. El abuso del azúcar es una seria amenaza. Por este motivo, la sacarina ha sido un aliado en el reto de consumir menos azúcar pero no es tan beneficioso como se pensaba.
Hay varios estudios que señalan que tomar edulcorante artificial no ayuda a no engordar pero es que además dificulta el adelgazamiento. Todo esto añadido a que la sacarina otros edulcorantes artificiales modifican la flora intestinal (la cual facilita el aumento de peso).
Por último, una de las recomendaciones, aparte de consumir algunas de las alternativas saludables que os hemos descrito arriba, es que deseas apartar el azúcar y los edulcorantes como la sacarina es que vayamos reduciendo progresivamente el consumo tanto de azúcar como de la sacarina.
